julio 2008
No pierdas nunca tu capacidad para asombrarte. Hola qué quizá no conozcas.
smog de londres de 1952Algunas de las obras de sir Arthur Conan Doyle, con Sherlock Holmes como protagonista, transcurren en una ciudad de Londres envuelta en un espeso manto de niebla. Pintores como Claude Monet, que viajó a Londres entre 1899 y 1901, plasmaron en sus lienzos una densa niebla que a duras penas dejaba entrever los edificios de una ciudad gris y desdibujada. Sin embargo, y a pesar de esa imagen preconcebida que podamos tener, en Londres hay tanta niebla como, por ejemplo, en Girona: poco más de 15 días al año. La imagen que tenemos de una ciudad sumergida en la niebla se debe a la contaminación: el smog, palabra que mezcla smoke (humo) y fog (niebla), causado por la combustión de carbón que se utilizaba en calefacciones y fábricas.

Este smog, muy molesto de por sí, tuvo consecuencias catastróficas a finales de 1952. A principios de diciembre de ese año Londres sufrió una bajada de las temperaturas mayor de lo habitual. Para combatir el frío, los londinenses comenzaron a quemar más carbón que de costumbre y la contaminación generada, que normalmente se dispersaba en la atmósfera, quedó esa vez atrapada por una densa capa de aire frío.

No pierdas nunca tu capacidad para asombrarte. Hola qué quizá no conozcas.
Hace algunos días tuve una conversación en la que mi interlocutor se preguntaba que pasaría si hubiera sido concebida, por ejemplo, una hora después. ¿sería la misma persona?, incluso físicamente ¿sería igual?. La verdad es que no sé bien cual es la respuesta, pero esta interesante conversación me recordó un extracto del fantástico libro de Bill Bryson "Una breve historia de casi todo", que conocí a través del no menos fantástico blog fogonazos. Dice algo así:

"Si tus padres no se hubiesen unido justo cuando lo hicieron (posiblemente en ese segundo, posiblemente en ese nanosegundo), tú no estarías aquí. Y si sus padres no se hubiesen unido en el momento exacto oportuno, tampoco estarías aquí.
Retrocede en el tiempo y esas deudas ancestrales empezarán a sumarse. Con que retrocedas sólo unas ocho generaciones, hasta la época de Charles Darwin y Abraham Lincoln, encontrarás a unas 250 personas de cuyas uniones en el momento oportuno depende tu existencia. Si sigues más atrás, hasta la época de Shakespeare o Cervantes, tendrás como mínimo 16.384 ancestros intercambiando afanosamente material genético de una forma cuyo resultado final y milagroso eres tú.
Veinte generaciones atrás, el número de personas que procrearon en beneficio tuyo se ha elevado a 1.048.576. Cinco generaciones antes de eso habrá 33.554.432 hombres y mujeres de cuyos ardorosos acoplamientos depende tu existencia. Treinta generaciones atrás tu número total de antepasados –recuerda que no se trata de tíos, primos y otros parientes intrascendentes, sino sólo de padres y padres de padres en una linea que lleva indeflectivamente a ti– es de más de 1.000 millones (1.073.741.824 para ser exactos). Si retrocedes 64 generaciones, hasta la época de los romanos, el número de personas de cuyos esfuerzos cooperativos depende tu eventual existencia se ha elevado hasta la cifra aproximada de un trillón, que es varios miles de veces el número total de personas que han vivido.

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Imagen.

Lejos de ser una historia romántica, la construcción de la Estatua de la Libertad está llena de dificultades. Dificultades económicas y políticas que complicaron su construcción y que incluso estuvieron a punto de provocar que se erigiese en una ciudad distinta a Nueva York.


Todo comenzó en 1865 cuando un jóven escultor francés llamado Frédéric-Auguste Bartholdi acudió a un banquete cerca de Versalles. Allí conoció y conversó con Edouard de Laboulaye, un prominente jurista e historiador francés de la época. De Laboulaye, un gran admirador de los Estados Unidos, observó que el centenario del país, que se celebraría en 1876, se acercaba, y pensó que sería una buena idea para Francia el hacer un regalo a la jóven nación para conmemorar tal evento. ¿Pero qué tipo de regalo? se preguntó Laboulaye. Bartholdi vió una inmejorable ocasión de llevarse la conversación a su terreno y propuso una estatua gigantesca de alguna clase. La idea fue bien acogida pero se quedo en eso, una idea, y tendrían que pasar casi seis años para que el proyecto diese sus primeros pasos.
Hacia 1871, Bartholdi ya tenía la mayor parte de los detalles resueltos, en su mente, claro: el monumento americano sería una estatua colosal de una mujer y se llamaría "La libertad ilumina el mundo". El coste sería sufragado por los franceses, y el pedestal sobre el que se asentase estaría financiado y construido por los Americanos.
En junio de 1871, Bartholdi viajó a Estados Unidos. Durante el viaje escogió la Isla de Bedloe, conocida posteriormente como la "Isla de la Libertad", para situar su escultura y, durante los 5 meses siguientes, trató de conseguir apoyos para su proyecto viajando por todo el país. Pasado ese tiempo volvió a Francia, donde el gobierno de Emperador Napoléon III (el sobrino de Napoléon Bonaparte) era abiertamente hostil a los ideales democráticos y republicanos en los que se inspiraba la Estatua de Libertad. Por ello Bartholdi procuró pasar desapercibido hasta 1874, cuando fue proclamada la Tercera República tras la derrota de Napoléon III en la Guerra franco-prusiana.

construccion estatua libertad

Obtener los 400.000 dólares que Bartholdi estimó serían necesarios para construir la estatua en Francia no iba a ser tarea fácil. El trabajo se paraba con frecuencia por falta de fondos. Para superar este problema se creó en 1874 la llamada Unión Franco-Americana, con el propósito de organizar la recaudación de fondos para la construcción del monumento. Para ello se utilizaron todos los medios de la época, artículos en la prensa, espectáculos, banquetes, impuestos, lotería, etc...


Faltaban dos años para la celebración del centenario americano y tantas demoras habían hecho que ya nadie, incluido Bartholdi, pensase que la estatua podía estar construida para 1876. A pesar de ello Bartholdi continuó con su trabajo y buscó un ingeniero para que hiciera el diseño de la estructura interna de la estatua. Gustave Eiffel, que por aquel entonces aún no había construido la famosa torre que lleva su nombre, fue contratado para llevar a cabo dicha labor. Él sería el encargado de crear una estructura interna que soportase la estatua y diseñar un esqueleto que permitiera que la piel de cobre se mantuviera verticalmente.
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El Traslado de los templos de Abu Simbel
Siguiendo los planos de Gustave Eiffel, la estructura interior se fabricó en hierro recubierto con cobre, y estaría anclada al pedestal por un enorme poste central, dado que que el peso de la estatua sería de 225 toneladas.


En junio de 1884 el monumento estaba terminado. Bartholdi lo había erigido en un patio al lado de su estudio en París. El plan original era desmontarlo en cuanto estuviese completado y enviarlo a los Estados Unidos, donde sería instalado encima de un pedestal en la Isla de Bedloe.
Pero las obras del pedestal avanzaban muy lentas o, directamente, no avanzaban. El caso era que, con la estatua terminada, la base no estaba todavía construida y no había visos de que lo fuese a estar en poco tiempo. Pero lejos de solucionarse, los problemas crecieron. En septiembre de 1884 las obras habían cesado por falta de fondos y todavía eran necesarios 100.000$ más para finalizarlo. Como el dinero no aparecía por ninguna parte Boston, Cleveland, Filadelfia, y San Francisco comenzaron a competir para traer la Estatua de Libertad a sus ciudades.
La recaudación de fondos para llevar a cabo la construcción de la base en Estados Unidos se encontraba bajo responsabilidad del Fiscal General, William M. Evarts. Pero debido a la falta de resultados en la obtención de financiación tuvo que abandonar su puesto y fue asignado a tal labor Joseph Pulitzer, director del periódico New York World. Durante más de cinco meses, comenzando el 16 de marzo de 1885, Pulitzer pidió a sus lectores día tras día que enviaran lo que pudieran. Ningún lector era demasiado humilde, ninguna donación demasiado pequeña, cada persona que se contribuyera recibiría una mención en el periódico. Su llamada fue atendida y el 11 de agosto de 1885 se habían recaudado 120.000$. Finalmente la estatua viajaría a Nueva York.


Para transportarla se hizo necesario desarmar la estatua. El desmantelamiento comenzó en enero de 1885. La estatua, fue enviada a Rouen en tren y bajó por el Río Sena en barco, antes de su llegada al puerto de Le Havre. El monumento llegó a Nueva York el 17 de junio de 1886, a bordo de una fragata francesa llamada "Iserese" y recibió una bienvenida triunfal. Para hacer posible la travesía del Atlántico, la estatua fue desmantelada en 350 piezas, divididas en 214 cajas. Tras la llegada del monumento se reensambló en tan solo cuatro meses. El 28 de octubre de 1886, la estatua de la Libertad fue inaugurada en Nueva York, en presencia del presidente Grover Cleveland. El monumento, que quería ser un regalo para celebrar el centenario de la independencia americana, había llegado con diez años de retraso.


Fuentes: Neatorama, nps.gov, nyc-architecture.com.
Fotos: I, II, III, IV, V.
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Terminado en un astillero de Corea del Sur en 1988, el MV Americana de la compañía noruega Ivaran Lines introdujo un nuevo concepto en el transporte marítimo de pasajeros. A simple vista se podía intuir que se trataba de un carguero portacontenedores normal y corriente. Y efectivamente, a tal menester se dedicaban 4/5 partes de su superficie, pero el resto estaba destinado al disfrute turístico como crucero de placer. Comenzó haciendo la ruta entre EEUU y varios países sudamericanos, uniendo Nueva York con varias ciudades brasileñas, Montevideo y Buenos Aires.


El alojamiento para pasajeros, construido en la popa, era de nivel más bien alto, tenía capacidad para 88 personas distribuidas en 52 camarotes. Los pasajeros eran en su mayoría jubilados norteamericanos, aunque no era inusual tener australianos y sudamericanos a bordo. El capitán y los oficiales eran noruegos y la mayor parte de la tripulación procedía de países de América del Sur.

Desgraciadamente para la Ivaran Lines el concepto de crucero carguero no triunfó. Gran parte de los camarotes iban vacíos, y lo habitual era que el número de pasajeros en cada travesía estuviese entre los 25 y 40, muy lejos de su capacidad máxima. La idea original de la compañía noruega de construir una flota de buques similares pronto tuvo que ser descartada.







Pronto se hizo evidente también, que su capacidad de contenedores era demasiado pequeña para el comercio de las largas rutas a las que se dedicaba por lo que se tuvo que mudar al puerto de Nueva Orleans y pasar a realizar un circuito por el Caribe como buque feeder. Continuó llevando pasajeros, ahora por el Caribe y con un éxito similar, hasta el 21 de Mayo de 1999. Actualmente pertenece a una empresa surcoreana que cambió su nombre por el de Golden Trade y se destina únicamente a transporte de mercancías. Eso sí, su actual tripulación es la única con camarotes de lujo, jacuzzi y piscina.

Fuente: worldshipny.com.
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Los grandes trasatlánticos Olympic, Titanic y Britannic nacieron en la primera década del siglo XX, cuando este tipo de majestuosas embarcaciones dominaba el mundo. Los tres barcos, casi idénticos, tuvieron una existencia extraña y un final trágico. Incluso se llegó a hablar de naves marcadas por la desgracia. Sin embargo tuvieron que pasar más de sesenta años antes de que Jacques Cousteau y su equipo de intrépidos exploradores submarinos desvelaran qué ocurrió el 21 de noviembre de 1916, cuando el barco hospital Britannic explotó misteriosamente y se hundió en menos de una hora, en el canal Kea, en el Mediterráneo oriental. Se esperaba que los restos encontrados por la expedición en diciembre de 1975 pudieran responder a los muchos misterios que rodeaban el naufragio y poder así escribir el capítulo final del Britannic y sus famosos gemelos, los trasatlánticos Olympic y Titanic. Pero el puzle no pudo completarse hasta los años noventa.


Titanic Olympic y Britannic
Infografía de los tres colosos de la clase Olympic (autor)

La historia de estos colosos del mar comenzó en 1908-1909 en los astilleros Harland & Wolff con la construcción del Olympic y del Titanic por encargo de la naviera White Line Star. Era el inicio de la era de los supertrasatlánticos y la primera vez que se construían simultáneamente y en el mismo astillero dos barcos de este tipo. El Olympic fue el primero en completarse. Se botó en los astilleros de Belfast el 20 de Octubre de 1910. Con 30 metros por encima de su rival más cercano, en esos momentos ostentó con orgullo el título de barco más grande del mundo. En comparación, el Lusitania y el Mauretania, de la compañía rival Cunard, parecían barcos de juguete. Además su interior contaba con un lujo y unas instalaciones nunca vistas hasta el momento.
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La paradisiaca isla de Sipadan

A comienzos de la década de 1980, el famoso explorador oceánico Jacques Yves Cousteau y su equipo realizaron una visita a la isla de Sipadan, frente a las costas de Borneo para rodar un documental sobre sus cristalinas aguas.
Uno de los aspectos más destacados en esa película fue el descubrimiento de una misteriosa cueva en la que hallaron gran cantidad de huesos y esqueletos de tortugas marinas. Esto hizo pensar al propio Cousteau y su grupo, a falta de una mejor explicación, que se trataba de una especie de cementerio de tortugas. Un lugar al que estos animales, sintiendo que su final estaba muy próximo, acudían de forma intencionada para morir. Lo cierto es que tales cementerios de tortugas marinas, al igual que pasaba con aquellos de elefantes, tan solo existen en la imaginación y lo que sucede en realidad parece ser algo muy distinto.

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Todos hemos visto en un mapa como la superficie de la tierra está atravesada por unas líneas imaginarias llamadas paralelos y meridianos, imprescindibles a la hora de posicionar un lugar cualquiera de la superficie terrestre. Algunas de esas líneas imaginarias son tan importantes que tienes su nombre propio. Así el meridiano de Greenwich , también conocido como meridiano cero, es el meridiano a partir del cual se miden las longitudes, el ecuador «corta» la superficie del planeta en una línea imaginaria que se encuentra exactamente a la misma distancia de los polos geográficos. Podríamos seguir con los Circulos polares y los Trópicos, con estos últimos nos vamos a parar un momento.

El paso del Trópico de Cáncer por esta carretera bien merece su señalización correspondiente

Pues bien, de entre todos los paralelos hay dos que son especiales, tan especiales que poseen nombre propio, se trata de los Trópicos. Estas líneas imaginarias delimitan los puntos más meridionales (Trópico de Capricornio) o septentrionales (Trópico de Cáncer) de la superficie terrestre donde los rayos del Sol inciden perpendicularmente sobre la Tierra, al mediodía, al menos un día al año.